Javier Marías nació el 20 de septiembre de 1951 en el seno de una familia que respiraba humanismo y cultura, su padre, el filósofo Julián Marías, miembro de la Real Academia Española de la Lengua; su madre, la escritora y traductora Dolores Franco Manera; sus hermanos, Fernando, historiador del arte y Miguel, cineasta y economista y su tío el reconocido cineasta Jesús Franco, seguramente fueron sus elementos primarios en el gran universo literario. 

Estudió en la Universidad Complutense de Madrid y se licenció en Filosofía y Letras. Colaboró con su tío Jesús y su primo Ricardo Franco en sus películas, traduciendo y escribiendo guiones e incluso fue extra en algunas escenas de las cintas. 

A los 20 años publicó su primera novela ‘Los dominios del lobo’, un libro que le dedicó a su mentor y gran amigo Juan Benet, una figura clave en su vida personal y literaria.

En 1972 publicó ‘Travesía del horizonte’, y en 1978 ‘El monarca del tiempo’. Ese mismo año apareció su traducción de la novela de Laurence Sterne ‘La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy’. En 1983 salió su cuarta novela, ‘El siglo’. 

Mezcló su creación literaria con las clases que dictaba en Universidades como Oxford, Wellesley College y la Complutense de Madrid. 

El título ‘El hombre sentimental’ apareció en 1986 y fue ganadora del Premio Herralde. Dos años más tarde publicó, ‘Todas las almas’, título extraído de Shakespeare, que narra la historia de un profesor español que imparte clases en Oxford, lo que dio lugar a que el escritor fuera identificado como “la voz Marías”, un estilo propio que puede asemejarse a la auto-ficción, muy presente en su literatura. De hecho, él decía sobre los personajes de sus historias: “las personas han renunciado a sus propias voces”. 

Su consagración se dio con ‘Corazón tan blanco’ en 1992, ganadora del Premio de la Crítica. En este libro se mezclan la novela y el ensayo con una poética sutil en primera persona que realiza un recorrido escabroso del pensamiento. Ha sido traducida a decenas de lenguas. 

‘Mañana en la batalla’ publicada en 1994, también obtuvo varios reconocimientos en Europa y América, como el ‘Rómulo Gallegos’ o el ‘Fastenrath’, de la Real Academia Española, entre otros. En 1998 apareció ‘Negra espalda del tiempo’, novela en la que Javier Marías detalla los cruces entre ficción y vida real producidos por la falsa interpretación de ‘Todas las almas’ como una novela en clave. 

Entre 2002 y 2007 se embarcó en su obra magna, la trilogía que, bajo el título de ‘Tu rostro mañana’, expresó un acercamiento a la Guerra Civil, a partir de un episodio inspirado en la acusación de la que fue víctima su padre, ser republicano. Los tres tomos de cerca de 1.500 páginas no fueron suficientes y en 2011 sale nuevamente a la luz con ‘Los enamoramientos’, una historia detectivesca en primera persona que echa mano, a una narradora en voz femenina, algo novedoso en su relato. En solo seis meses, esta obra ya había sido traducida a más de 18 idiomas.  

Marías reunió, en 2012, en un volumen titulado ‘Mala índole’, una antología que contiene 26 relatos ya incluidos en sus anteriores libros de cuentos y que publicó en el diario El País, como una especie de “contribución” al género.  

Sus obras más recientes fueron, ‘Tomás Nevinson’, en 2021 y en febrero de este año, ‘¿Será buena persona el cocinero?’, una recopilación de las columnas que había publicado entre 2019 y 2021 en ‘El País Semanal’, donde llevaba casi dos décadas ocupando la última página.

A lo largo de su vida se le conoció por ser polémico y directo, rechazó algunos premios y afirmaba que un escritor no debía recibir nada del erario público. El diario El País menciona de Javier Marías. “Gran aficionado al fútbol y al cine, fue un columnista polémico y un novelista respetado por sus pares y reverenciado por los lectores. Le gustaba firmar en la Feria del libro de Madrid. Resultaba, él mismo lo reconocía, más áspero por escrito que en persona. De cerca era un ser educado y generoso. Una vez abiertas las puertas de su estudio, su atención no distinguía entre ilustres y meritorios, redactores, fotógrafos o becarios”.

Javier Marías fue uno de los escritores españoles más importantes de todos los tiempos. Sus libros se han publicado en 46 idiomas y en 59 países. Y se han vendido más de ocho millones de ejemplares en todo el mundo. 

Caminar por las calles de La Candelaria es reencontrarse con un espacio donde convive la cultura, el arte, la buena comida y la chicha. El ‘Festival de Mujeres en Escena por la Paz' ofrece, además de una alta calidad de las obras, la posibilidad del reencuentro, de la tertulia.

Hablamos con Diana María Fuentes, de la compañía La Pájara Trueno, quien, con bebé en brazos, participa del festival con ‘Las hijas de Colombia’. Para esta ocasión, fue para Diana un sueño presentarse en el Chorro de Quevedo, un espacio emblemático que cuenta la historia de la ciudad y que en sus calles guarda la esencia del tiempo pasado. “Nos interesaba mucho este espacio, de La Candelaria, el Chorro de Quevedo, donde Policarpa Salavarrieta corría y todo el ejército patriota estaba con ella. Queríamos compartir esta puesta en escena con la comunidad”.

Otra de las invitadas en este cubrimiento especial, fue Fabiana Medina, quien nos habló de la importancia del Festival y todas las enseñanzas recibidas.

“Hoy leí una frase de Jodorowsky que decía ‘Yo no entiendo como llaman arte a lo que no sana’, y creo que este Festival hace honor a esas palabras. Porque es genial cuando se pone en evidencia que el arte sana. Cuando uno encuentra la finalidad, la verdad del espectáculo que sana, que cuestiona, que hace catarsis. Esa realmente es la bandera”, menciona Fabiana.

Finalmente, hay que mencionar que hoy, 10 de septiembre, se llevará a cabo el XII Encuentro Polifónico de Mujeres, en el marco del Festival. Patricia Briceño, es la vocera de este encuentro que cuenta con grandes invitadas y cuyo objetivo es reflexionar sobre los compromisos, prioridades y retos que tienen las mujeres para movilizar, desde los territorios; el cambio social, político, económico y cultural.

 “Van a encontrar a 150 mujeres, de las cuales 80 vienen de diferentes regiones del país y llevan dos días reunidas, pensando el país”, manifestó Briceño.

Además de los espacios de las obras, este Festival, propone trabajar en otros ámbitos, como la Feria de Oficios y Saberes, que se realizará hasta el día sábado.

Mañana, domingo 11 de septiembre a las 5:00 p.m. se presentará, en La Quinta Porra, la obra ‘Convocados para la final’ del colectivo Mukashi Mukashi y Cabra Producciones.

Más información de la programación en el siguiente link.

El proyecto artístico cuenta con la dirección de Germán Piraquive, psicólogo y Carol Yanet Peña, docente artística, quienes le apuestan a un proceso terapéutico que permite a sobrevivientes del cáncer hablar de su experiencia con la enfermedad a través de una historia que reúne la tristeza y la alegría, en un juicio donde el acusado se considera, de antemano, culpable.  

Germán y Carol estuvieron en Amantes del Círculo Polar, hablando de esta obra que tiene 10 años de trayectoria y la cual se ha convertido en un vehículo de sanación. 

“Sentamos al Cancerón y queremos es conversar con él. El juicio es un pretexto para poder dialogar con algo que no podemos hablar. Cuando el cáncer aparece, lo hace de manera repentina, aguda, crítica, devastadora y no da tiempo de pensar, de nada. Solo de crear esos imaginarios que ya tenemos de cáncer igual a muerte.

Entonces ‘El Juicio del Cancerón’ se vuelve una alternativa artística, casi terapéutica porque ayuda al niño, al adolescente y a la familia a hablarlo y darle otra dimensión”, menciona Germán, quien además de esta obra, ha escrito nueve más con temáticas similares.

Muchos niños y adolescentes han hecho parte de este proyecto que desarrolla la fundación ‘Colectivo Arte con Intención’, que lleva más de cuatro años realizando procesos artísticos con pacientes y sobrevivientes de cáncer y otros diagnósticos como enfermedades huérfanas. Con estas actividades ha encontrado los lenguajes del arte, el teatro, la danza o la pintura, medios para transformar y reinterpretar la experiencia de vivir y afrontar una enfermedad.

Carol Peña, menciona que la puesta en escena contiene varios elementos que no la definen en un único género y que además con un nuevo elenco, se redescubren nuevas formas de expresarla. “No se puede decir que está metida en un género, sino en un multigénero dependiendo más de las poblaciones a las que atrapa cuando la ven, entonces tiene de todo un poco, de comedia, de drama”. 

A pesar de que la obra presenta un diálogo con la enfermedad y se tocan elementos sensibles para los pacientes con este diagnóstico, también entrega una mirada esperanzadora sobre la posibilidad de curar el cuerpo, pero, sobre todo, la vida.

‘El Juicio del Cancerón’ se presentará en el Teatro Acto Latino, los días 11, 17 y 24 de septiembre y el 2 de octubre a las 3:00 p.m.  

‘Cali Canto’, es un viaje al interior de los estremecimientos palpitantes de la vida de Doris Sarria que comenzó en el teatro a los siete años y ahora con 73, está muy orgullosa por terminar su maestría, logro académico que pudo completar gracias al aislamiento de la pandemia. 

Debido a su amor por la calle y al el teatro, por fin contó con el tiempo para terminar su trabajo de posgrado, a sus 70 años enfrentó la dureza del Covid, una batalla que fue dura de ganar, el otro hecho que la marcó fue el estallido social que sobre todo se vivió en la capital del Valle del Cauca. Eso nos contó en ‘Amantes del Círculo Polar’. 

El montaje es una memoria implosionada que rota en pequeños fragmentos son como las estaciones del viaje de la autora. Un viaje caleidoscópico desde el tren que le ayuda a  buscar su libertad, en la ciudad caleña que la vio nacer y no le importa si te vas. 

Son trozos que han quedado de los estallidos de las explosiones de esta ciudad atravesada por ciclones de violencia. Resistiendo y bailando. A Cali le canta desde la estación del olvido donde sobrevive porque todavía le queda la voz.

Una puesta en escena que no para de crecer, cuenta con salsa, literatura, rap y más salsa porque cuando se canta también se baila. 

“La guerra tiene el nombre de un varón, pero la memoria, las vocales temblorosas de una mujer”. (Fredy Yezzed). 

Después de diez años de la masacre acontecida en su pueblo, cuatro mujeres deciden regresar a la que fuera su tierra. Encuentran un sitio arrasado y cargado de recuerdos atroces, las invade la zozobra y el vacío, producto de la pérdida de sus seres amados. Llegan a limpiar el lugar y a reencontrarse con sus recuerdos. Es un retorno simbólico a una “Troya caída”. Las mujeres vuelven con la intención de empezar de nuevo, regresan para no olvidar, y mientras componen la casa encuentran en los objetos nexos que las mueven a contar su historia.

Es un viaje profundo por sus recuerdos más dolorosos que les permitirá transitar hacia su propia liberación. Al limpiar la casa, hacen lo propio con sus espíritus, es un encuentro con el perdón y la reconciliación que las llevará a dignificar la memoria de sus muertos.

Diente de León toma la tragedia griega de Eurípides, eso se evidencia desde el título, pero también se basa en otros textos literarios y los dolorosos hechos que ha vivido Colombia, como la masacre de El Salado. 

En el programa ‘Amantes del Círculo Polar’ hablamos con Claudia Patricia Mantilla, actriz, comunicadora social y docente universitaria que estudió dos semestres de teatro en la Academia Superior de Artes de Bogotá, ASAB. 

“Nace como una inspiración simbólica y metafórica de lo que puede ser una Troya caída, los efectos de las guerras tristemente son los mismos: desolación, muerte, dolor, la crueldad que se ensaña usualmente con las mujeres”, describe la directora del montaje. 

Créditos: Dirección: Claudia Patricia Mantilla y Manuel José Jaimes. Dramaturgia: Manuel José Jaimes. Textos: Fredy Yezzed y Manuel José Jaimes. Actrices: Luz Bravo, Dina Triana, Claudia Mantilla. Actor: Daniel Olarte. Performer: Claudia Ospitia. Música: tambora (Gisella Cadavid), gaita hembra (Óscar Vanegas), y tambor alegre (Diego Rueda). Vestuario: Edilma Rojas.

En ‘Amantes del Círculo Polar’ hablamos con Derly Castillo directora de la obra ‘¿Y dónde están las llaves?’ Y con Jorge Rodríguez, director de ‘Extinción, Entre Fosas y Comunes’, sobre estas historias que pretenden rendir homenaje a los desaparecidos y sus familias. 

Derly es sobrina de Gustavo Campos Guevara, uno de los desaparecidos, y manifiesta que esta obra es el resultado de muchos años de búsqueda sin respuestas. Su familia no olvida y por medio de esta tragicomedia intentan mitigar un poco el dolor. “Es seguir en la lucha, de que nos retribuyan todo lo que se ha perdido a través del tiempo, porque no es solo perder al familiar, sino que también es perder paz, tiempo, tantos sueños y momentos”. 

La obra nace por iniciativa de la familia, quien pensó que sería muy valioso expresar y conmemorar un año más de ausencia de su familiar con una historia que se enfocara en la familia y lo que pasa cuando hay un suceso de esta naturaleza. “Cada persona es una llave que abre puertas, de libertad, de igualdad, es algo por lo que luchan estas personas que han desaparecido. El tema es que por abrir puertas diferentes, por pensar distinto las desaparecen”, menciona Derly acerca del título de la pieza teatral. 

Por su parte, Jorge Rodríguez, de la fundación sociocultural ‘Teatro Calle Colombia’ siempre ha estado cercano a los familiares de los desaparecidos y considera que el teatro, desde tiempos remotos en Grecia, servía para hacer catarsis y hoy esa idea prevalece, pues es un medio para transformar y visibilizar los sucesos de una sociedad. 

“Siempre nos hemos inquietado con esas realidades cercanas, este horrible flagelo de la historia colombiana, de las desapariciones forzosas y de las fosas comunes, nos llamó la atención y encontramos un texto científico del Centro Nacional de Memoria Histórica, ‘Gestos Corporales de la Crueldad’, lo leímos muchas veces en equipo y dijimos por aquí es la ruta”, menciona el director. 

‘Extinción, Entre Fosas y Comunes’, plantea una narrativa del cuerpo de la víctima, pues ellos son los que pueden decir realmente lo que sucedió. Es una historia poéticamente trágica de una voz viva que no sabe que está muerta.

Las obras se presentan en el Auditorio Mayor Hermanos San Juan de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, sede Macarena A, el 9 de septiembre a partir de las 3:00 p.m. 

En el marco de la versión número 31 del Festival de Mujeres en Escena por la Paz, el próximo jueves 8 de septiembre a las 7:00 p.m. se presentará ‘La Muñeca Nocturna’ en la Sala Seki Sano (calle 12 # 2-65).

La función nace de la novela ‘Las Puertas Infierno’ una puesta autobiográfica de José Luís Díaz-Granados, así mismo “A petición de una amiga (el reconocido autor) decide escribir un monólogo tomando un personaje central, Esperanza, (La Muñeca Nocturna)”, nos dice Diana Acosta sobre la creación del unipersonal en el programa ‘Amantes del Círculo Polar’.

La Muñeca Nocturna, es una trabajadora sexual de los años 80, que se mueve en los sitios más sórdidos de Bogotá.  “La protagonista existe o existió, tenemos la ilusión de poder llegar a ella, que alguna vez se levante y diga: “Esta es mi historia”, asegura la directora.

Esperanza sostiene una relación afectiva con José Luis, un posible amor, que le muestra  la hermosura y la posibilidad de vida a través de las palabras poéticas. Igualmente, ella empieza a demostrar que conoce de literatura, de poesía, que es una persona sensible y tremendamente ingenua”, así la describe Diana Acosta. 

Para la creación del personaje Diana Acosta Rippe y su grupo teatral visitaron la zona del barrio Santa Fe donde hablaron con varias mujeres en la que compartieron su creación. “La investigación que hicimos es sobre una mujer de calle, humilde, pobre que está allí por necesidad y luego por decisión propia. Algo que me llama la atención es que de todas las mujeres que entrevistamos para esta obra no solamente en Bogotá, sino en Medellín, manifestaron querer estar ahí, ninguna dijo: lo hago porque me gusta. No, todo lo contrario, fue una fuerte crítica al no tener una opción distinta”, enfatizó la invitada.  

Tras su participación en más de 20 festivales internacionales, llegará a las salas de cine del país, el próximo 8 de septiembre. Se trata del largometraje, dirigido por Henry E. Rincón, que retrata la vida de unos jóvenes apasionados por el rap, que buscan resistir y encontrar una alternativa distinta a la muerte y el crimen a través del arte y la música. Es la vida de Tato, joven amante del rap, huérfano y sin rumbo, quien, en compañía de sus amigos Pitu y La Crespa buscan resistir y encontrar una alternativa distinta a la muerte y el crimen a través del arte del hip hop y las batallas callejeras de improvisación.

La película está inspirada en el arte tradicional de los silleteros (artesanos que elaboran obras con flores) y los ritmos hip-hop, donde ambas prácticas confluyen en Medellín y enmarcan distintas generaciones. Es una historia que ofrece una mirada desde la perspectiva de los jóvenes y, a medida que buscan cada vez más su propia identidad, están menos dispuestos a permanecer en silencio y ahora tienen el poder de cambiar el mundo.

El largometraje, tuvo su premier mundial en el Miami Film Festival, en el que se llevó el premio Warner Media a Mejor película Iberoamericana. A este reconocimiento, se suma su participación en más de 20 festivales internacionales y nacionales, donde ha recibido premios como el Rail D’oc y CCAS otorgado por Festival Cinélatino 33 Rencontres de Toulouse (Francia) y ha estado presente en otros eventos del sector en países como España, Italia, Alemania, Suecia, Francia, Ginebra, entre otros.

“‘La Ciudad de las Fieras’, es el encuentro de dos mundos, a través del arte, la música y la vida. Un encuentro con el miedo y la incertidumbre de no tener un lugar en el mundo. Un viaje frenético en el cual encierro dos universos tan mágicos y trágicos al mismo tiempo, que nos da unos matices únicos que enriquece el relato. Es una historia que cuenta la realidad de muchos en el país”, asegura Henry E. Rincón, director de la película. Asimismo, el protagonista de la película está encarnado por Elepz, un reconocido MC en Medellín, creador de la liga de improvisación, una de las que cuenta con más asistentes y reconocimientos en la ciudad.

Por otro lado, la película en su apuesta por la representación de la región realiza un homenaje al señor Oscar Atehortúa, uno de los silleteros más emblemáticos del país, considerado uno de los pioneros de esta tradición. Actualmente, la película continúa su participación en diferentes festivales internacionales y, además de su estreno en Colombia, el próximo 8 de septiembre, fue adquirida para el territorio norteamericano por Hbo Max.

“Una actriz que se debate en ese dilema de qué tipo de teatro es necesario en nuestro país, en este contexto social en el que vivimos tan complejo”, nos dijo Nohra González, directora y actriz de la obra ‘Voces y Retazos’. 

Nohra estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático, ENAD y obtuvo el título de Maestra en Arte Dramático; realizó un Postgrado de Voz y obtuvo el título de Especialista en Voz Escénica, en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, y curso dos años en la Escuela de Artes de Bogotá.

Desde 1998 hace parte del grupo de teatro de La Candelaria. Su obra refleja las constantes preguntas que surgen en el quehacer de su oficio. Este montaje comenzó en medio de la pandemia y gracias a su grupo teatral y a la asesoría dramatúrgica de Pedro Miguel Rozo se logró una obra de gran calidad. 

‘Voces y Retazos’ recrea el dilema de una actriz entre hablar de lo que sucede en un país rodeado de violencia o hacer un teatro que no tiene que ver con esa realidad. 

El personaje es una actriz en constante contradicción, en ella habitan dos mujeres. Las dos se necesitan y a la vez se hacen daño. 

Mientras realizan su representación teatral, unas figuras silentes comienzan a perturbarlas. Estas esperan ser nombradas, ser identificadas, también llegan voces, retazos de recuerdos de la actriz que le sacuden la memoria y cuestionan su presente. 

La obra nos recuerda las sombras de los que ya no están, y que son a la vez testigos silentes de la tragedia que vive el país.

“La memoria es fundamental… Las voces de esas figuran comenzaron a invadir todo el trabajo y a la vez son retazos de su memoria” Comentó la actriz sobre el compromiso social que ayudó a desarrollar el montaje. 

El pasado mes de junio se inauguró la exposición ‘Juan Gustavo Cobo Borda, la fiesta de la palabra’ en la Biblioteca Nacional. La apertura tuvo la presencia del escritor, quien se vio muy conmovido por este homenaje. La muestra, contó con la curaduría del poeta Federico Díaz-Granados, con el apoyo de Griselda, esposa del maestro Cobo y su hija Paloma. Allí se reunieron sus libros de poesía, el centenar de textos con ensayos de su autoría, los más de doscientos libros editados bajo su dirección, las decenas de fotos que registraron su actividad en la literatura y algunos cuadros que le hicieron, hace algunos años, María Paz Jaramillo, Juan Cárdenas y José Antonio Roda.

Durante el homenaje, su hija Paloma, le puso una corona de laurel sobre la cabeza, como símbolo de grandeza, tal cual eran distinguidos los más ilustres poetas en la antigüedad. 

La exposición continúa abierta. La Biblioteca Nacional de Colombia replicó en su cuenta de twitter la invitación al público para que asista y lamentó la noticia del fallecimiento del poeta, además de enviar sus condolencias a sus familiares. 

El equipo de la Biblioteca Nacional de Colombia lamenta profundamente el fallecimiento de Juan Gustavo Cobo Borda, y envía a su esposa Griselda, y a sus hijas, Natalia y Paloma, sus más sentidas condolencias. pic.twitter.com/vOWgnKLkx7

— Biblioteca Nacional de Colombia (@BibliotecaNalCo) September 5, 2022

Un breve recorrido por la vida de Juan Gustavo Cobo Borda

Nació en la capital colombiana el 10 de octubre de 1948. Comenzó estudios de Derecho de la Universidad Externado, donde su padre había sido profesor por cuarenta años; luego lo intentó con Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y por último Idiomas en la Universidad Nacional. Abandonó la carrera universitaria para encargarse de la Librería Buchholz, en Bogotá, como relevo del también poeta Nicolás Suescún. Desde entonces se integró a la escena cultural de la capital colombiana y más adelante fundaría, con Darío Jaramillo, Ediciones La Soga al Cuello en la que publicó su primer poemario, ‘Consejos para sobrevivir’.

Entre 1973 y 1984 dirigió la revista Eco que marcó una época en la historia de las publicaciones culturales colombianas. A finales de los años ochenta creó y dirigió la revista Gaceta, en la que impulsó la reedición, a bajos precios, de obras claves de la literatura, en tres colecciones: la Biblioteca Básica, la Colección de Autores Nacionales y la Colección Popular.

Fue asistente de la dirección del Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura). En 1983 fue nombrado como agregado cultural de Colombia en Argentina. También desempeñó funciones similares en España y Grecia, en esta última nación, como embajador.

En 1985 compiló la Antología de la poesía hispanoamericana editada por el Fondo de Cultura Económica, y en los años noventa se encargaría de la edición de unos cuarenta títulos, entre obras inéditas o reediciones, en la Biblioteca Familiar Colombiana.

Fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua desde 1993, en 2012 donó a la Biblioteca Luis Ángel Arango, su archivo literario y correspondencia desde los inicios de la llamada ‘Generación sin nombre’, de la que formó parte junto con autores como Jaime García Maffla, Giovanni Quessep, Elkin Restrepo, Juan Manuel Roca, Aníbal Arias, Darío Jaramillo Agudelo, William Ospina, David Bushnell, Miguel Méndez, Fernando Garavito, Augusto Pinilla, Jaime Manrique, Nelson Osorio y Nicolás Suescún. Recibió en 2016 un doctorado honoris causa de la Universidad Central y ese mismo año se le encargó también de presidir las VIII Jornadas de Poesía del Festival Internacional de Poesía de Bogotá de la Casa de Poesía Silva.

En su vasta carrera formó parte de los comités evaluadores de premios de literatura como el Juan Rulfo (México), el Rómulo Gallegos (Venezuela), el Reina Sofía (España) o el Neustad (Estados Unidos). 

Entre sus libros publicados se encuentran La alegría de leer (1976), Salón de té (1979), La tradición de la pobreza (1980), Casa de citas (1981), Ofrenda en el altar del bolero (1981), Roncando al sol como una foca en las Galápagos (1982), La otra literatura latinoamericana (1982), Antología de la poesía hispanoamericana (1985), Letras de esta América (1986), Álvaro Mutis (1989), Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos (1991), Poemas orientales y bogotanos (1991), Germán Arciniegas (1992), El coloquio americano (1994), Para llegar a García Márquez (1997) y Borges enamorado (1999).