‘Nada que no sea difícil’, un álbum con 15 canciones que nacieron entre la pandemia y los apuntes cotidianos de su creador.

La historia de E Multicolor comenzó en 2010, cuando Nicolás decidió formar su propia banda porque las agrupaciones en las que estaba no duraban. “Decidí montar un proyecto mío, incluso empezó como trabajo de grado en la universidad, con animaciones y música. Y dije: arranquemos pues, y seguimos”, contó el artista. Desde entonces, el trabajo mezcla música con artes visuales para crear experiencias inmersivas.

Lo interesante de este disco es que no busca complacer a la industria, sino ser honesto. “Lo hice sin el afán de entregar un producto o gustarle al público. Simplemente quería que me gustara a mí”, explicó. Por eso las canciones tienen duraciones, estilos y temáticas distintas, desde el rock veloz hasta sonidos más electrónicos o melancólicos.

Uno de los temas más personales es ‘Isabel Primera’. Nicolás reveló que surgió como una carta a una amiga de colegio que falleció: “me hizo sentir incómodo porque era muy personal, era desnudarme. Pero al final dije: lo hago, y la convertí en canción”. Este tipo de composiciones, sinceras y sin filtros, son las que marcan el disco.

Asimismo, en el álbum aparecen canciones de amor, de miedo y hasta reflexiones surrealistas. Una de las más llamativas es: ‘Tengo que aprender a destruirme’, que, aunque su título suena oscuro, tiene un mensaje liberador: aprender a soltar el ego y dejar ir lo que pesa. “Cuando uno toca fondo, a veces también se siente libre”, dijo Nicolás.

El proceso creativo fue intenso. Entre notas de voz guardadas en el celular y riffs grabados al vuelo, Nicolás fue armando un repertorio que terminó en 15 canciones. “Empecé con ideas que surgían caminando, en el bus, viendo televisión. Tenía como 70 notas de voz y de ahí salieron las que más me hablaban”, recordó.

Ahora, además del disco, llega un concierto especial el 27 de septiembre en Smoking Molly. Será un espectáculo inmersivo con pantallas, proyecciones y tres propuestas en escena: E Multicolor, Full Moon (música de meditación con electrónica) y Cuerpo Meridiano (grunge). “Va a ser un súper show, lo organicé yo mismo y va a ser muy poderoso”, aseguró Nicolás.

Con ‘Nada que no sea difícil’, E Multicolor propone un viaje sonoro y visual que mezcla honestidad, recuerdos y energía para escuchar con calma… o a todo volumen.

La Orquesta Filarmónica de Bogotá ofrecerá conciertos abiertos al público para celebrar el mes del amor y la amistad con un repertorio lleno de canciones que han marcado la historia de América Latina.

El primer encuentro será el viernes 19 de septiembre a las 6:00 p. m. en la Catedral San Juan Bautista de Engativá. Un lugar imponente que se convertirá en escenario de la Filarmónica y del Coro Filarmónico Juvenil, creando un ambiente íntimo y a la vez majestuoso. La música resonará en cada rincón del templo, invitando a dejarse llevar por melodías que despiertan recuerdos y emociones.

La segunda cita será el sábado 20 de septiembre a las 4:00 p. m. en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional, uno de los espacios culturales más emblemáticos de la ciudad. Allí la Orquesta volverá a reunirse con el público, esta vez en una sala reconocida por su acústica y su capacidad para envolver a los asistentes en una experiencia sonora inolvidable.

El programa musical incluye clásicos de Armando Manzanero, cuyas letras hablan de amores sinceros y sentimientos profundos; tangos de Carlos Gardel, que traen la fuerza y la pasión de una época dorada; y otras joyas del repertorio latinoamericano que conectan generaciones y hacen vibrar tanto a jóvenes como a mayores. Todo esto interpretado con arreglos orquestales y corales que transforman cada canción en un viaje distinto.

Los protagonistas en escena serán la Orquesta Filarmónica de Bogotá, una de las agrupaciones más importantes de América Latina, acompañada por el Coro Filarmónico Juvenil, que aporta frescura y nuevas voces a este homenaje musical. Además, se contará con solistas invitados que darán un aire renovado a canciones que muchos conocen de memoria, permitiendo redescubrirlas bajo una nueva luz.

Más allá de lo musical, estos conciertos gratuitos son una oportunidad para vivir la cultura en comunidad. Se trata de un plan que no discrimina por edad ni por gustos: es un espacio donde se puede ir con la pareja, los amigos, la familia o incluso en solitario, con la certeza de compartir un momento de belleza y conexión. El hecho de que la entrada sea libre, hasta completar aforo, hace que la experiencia sea aún más valiosa: basta con llegar con tiempo y la disposición de dejarse sorprender.

El amor y la amistad, dos sentimientos universales, encuentran en este repertorio una manera de celebrarse con notas, voces y emociones que quedarán en la memoria de quienes asistan. Una invitación para detener la rutina, abrir los sentidos y recordar que la música también es una forma de compartir lo que somos.

La banda boyacense Insómnica presentó ‘Muriendo por vos’, un sencillo que habla de la lucha interna de un amor inconcluso. Con esta canción, el grupo abre el camino hacia su segundo álbum y confirma su lugar dentro del pop rock alternativo hecho en Colombia.

Insómnica nació en medio de la pandemia, cuando un grupo de amigos decidió transformar la incertidumbre en música. Así lo contó Lamena, voz y bajo de la agrupación: “Nacemos con el fin de traspasar fronteras, no solo de estar entre artista y público, sino de atravesar las fibras del corazón”. Desde entonces, la banda ha buscado construir canciones que acompañen los momentos de dolor y también los de esperanza.

Su primer trabajo, ‘Ilícito’, fue el punto de partida de un proceso que ya cumple cinco años. Durante ese tiempo, la banda ha explorado sonidos, ha vivido cambios de integrantes y ha recorrido escenarios dentro y fuera de Boyacá. “Sentimos que la música ha sido bien recibida en nuestro departamento y hemos podido traspasar fronteras con nuestra gira por varias ciudades del país”, expresó Lamena.

‘Muriendo por vos’ se creó como un reflejo de experiencias compartidas. La artista explicó: “Alguna vez todos hemos tenido desaires amorosos, complicaciones del pasado o del momento. Este proyecto refleja lo que no solo nosotros hemos vivido, sino también nuestro público, amigos y familiares”. El tema habla de ese dilema entre soltar una relación o seguir atado a ella, aunque duela.

El nuevo sencillo hace parte de un álbum conceptual de ocho canciones conectadas entre sí. Según la banda, será un recorrido sonoro sobre el amor, el desamor, la ansiedad y la resiliencia. “Es un álbum cargado de historia donde, al cerrar con la octava canción, vamos a poder leer una historia completa con la que muchos se van a identificar”, adelantó Lamena.

Más allá de lo musical, la intención de Insómnica es generar compañía y catarsis para quien los escucha. “Nuestra música refleja dualidades humanas: amor vs dolor, depresión vs ganas de vivir. Queremos ser un espejo donde la gente se reconozca, pero también sienta que no está sola”, compartió la banda.

Con este nuevo lanzamiento, Insómnica no solo entrega una canción; ofrece un refugio emocional. ‘Muriendo por vos’ se convierte en un himno para quienes atraviesan rupturas o duelos, demostrando que desde Tunja también se hace rock alternativo con alma y autenticidad.

Este proyecto musical, nació en San Petersburgo, liderado por Juan Alejandro Oramas, y hoy encuentra en Colombia el lugar ideal para seguir creciendo. Su propuesta fusiona ritmos tradicionales latinoamericanos con sonidos universales como el jazz, el funk y la electrónica, en una experiencia que conecta raíces y modernidad.

La historia de Sonoramas comenzó a miles de kilómetros de Colombia. Mientras estudiaba en Rusia, Juan Alejandro encontró en la distancia una manera de reencontrarse con los ritmos de su tierra. “Los rusos me decían: muéstrame la música de tu país, queremos escuchar su música. Y desde ahí empezó esta necesidad de reconectarme con nuestra tradición”, relató en ‘Amantes del Círculo Polar’.

Su paso por San Petersburgo y Moscú no solo le permitió mostrar su propuesta, también abrió puertas a un recorrido por Alemania y Europa Central. “Fue un primer tour entre bares y lugares de música en vivo en Berlín, Dresde y Leipzig. Después de eso regresé a casa y aterricé en la realidad colombiana”, recordó Oramas, quien volvió en 2021 para consolidar su carrera en Bogotá.

El regreso no fue sencillo. La adaptación a la cultura local después de cinco años en Rusia fue un reto. “El cambio es fuerte, son culturas muy contrastantes. Me costó meses adaptarme, pero este es mi platanal y lo acepto con orgullo”, confesó el músico. Desde entonces, ha presentado sus canciones en diferentes escenarios de la capital y ha recibido una acogida positiva del público.

La propuesta de Sonoramas se define como un cruce de caminos entre lo tradicional y lo moderno. “Sonoramas es el resultado de todo lo que he estudiado y explorado: música clásica, jazz, rock, electrónica, folclor. A eso, sumo letras y reflexiones para generar una experiencia multisensorial que cautive al público”, explicó el artista, quien sueña con integrar también lo visual para enriquecer la puesta en escena.

Más allá de los estilos, lo que caracteriza a este proyecto es su autenticidad y la capacidad de hablar desde la experiencia. Como afirmó Oramas, “uno como artista a veces es optimista, otras veces existencial, pero lo importante es que la gente ha recibido muy bien las fusiones que estoy explorando”.

Hoy, Sonoramas se abre paso con sencillos como ‘A la deriva’, ‘Brisas de tunjuelo’ y ‘Melodramas’. Una propuesta que nació en Rusia, pero que vibra con corazón colombiano y que promete seguir sorprendiendo en cada escenario donde suene.

Un universo de canciones que mezcla lo tropical con lo romántico y lo introspectivo. Su más reciente sencillo, ‘Desesperado’, es una cumbia que invita a bailar incluso en medio del desamor.

Romero explica que este proyecto no busca ser música de fiesta sin más, sino una experiencia diferente: “Biotrópico es un ecosistema de canciones con un aire tropical, pero más introspectivas, como la brisa de la playa cuando tienes calor, suavecito, que te hace moverte poquito a poquito”.

‘Desesperado’ nació de esos momentos de ausencia que cualquiera ha vivido. “La hice con la intención de que la música sea un puente para respaldar, porque todos hemos pasado por esto. Es un tema que acompaña un poquito, esa tusa”, contó el artista.

Su vínculo con la música empezó desde niño, en reuniones familiares. “Me levantaba a las 5:00 a.m. cuando mis tíos sacaban guitarras, y por ese lado comencé a tener gusto por el bolero, el vals, la música colombiana”, recordó el artista sobre ese camino que lo llevó después a las orquestas tropicales, hasta encontrar su propio estilo.

El músico confesó que lanzarse como solista no fue fácil. “Me demoré un tiempo en dar el salto. Tenía muchas canciones guardadas, pero gracias a mi productor Alejo Cruz entendí que no podían quedarse en el cuaderno ni en el celular. Había que llevarlas al estudio”, relató.

Su propuesta también se alimenta de experiencias personales, como el tema ‘Recuerdos’, un homenaje a su infancia y a su familia. “Es un reconocimiento a mi niño interior, porque le tengo un miedo al paso del tiempo, y esa canción me ayudó a salir de un huequito en el que estaba”, admitió.

Este año planea lanzar su primer EP completo, que incluirá bachata, merengue, cumbia, bolero-salsa y hasta un reggae fusionado con bachata. Con esta variedad, Nelson quiere mostrar que la música puede ser compañía en los momentos difíciles y, al mismo tiempo, un motivo para celebrar la vida.

Su historia no empezó en escenarios grandes, sino en las calles y en los buses de Bogotá, donde encontró su primera escuela como artista. “Salir a cantar en TransMilenio fue algo hermoso. Si no salía a buscar escuchaba en mi mente, ¿cómo crecerá mi música?”, contó Diego. Para él, esos días en los buses fueron la mejor manera de perder el miedo y aprender a conectar con la gente de verdad.

Su primer día cantando lo recuerda como un salto al vacío. “Me quedé una hora en la puerta del bus pensando: lo hago, no lo hago. Ese día decidí que, sí quería dedicarme a la música, tenía que empezar ahí. Fue un cambio de mentalidad”, relató. Con un ukelele en la mano y dos canciones de Andrés Cepeda, dio el primer paso que marcaría su camino.

El proceso de componer y grabar también estuvo lleno de dudas. Lanzó una primera canción en 2018 sin mucha fe en sí mismo, pero con el tiempo entendió que escribir era parte de lo que lo hacía feliz. “Ha sido un proceso más de creer en mí y no demostrarle nada a la gente. Si no lo haces, el tiempo pasa y se va la oportunidad”, afirmó.

Sobre el título de ‘11:11’, Diego explicó que nació de un gesto muy personal: “Siempre que veo esa hora pido un deseo. Cuando empecé a escribir la canción pensé en lo afortunado que me sentía de estar con mi pareja. Entonces lo incluí como símbolo de ese deseo cumplido”.

El videoclip refleja esa misma intimidad: “No tenía presupuesto para un video grande, así que usé recuerdos con mi novia. Fueron retazos de momentos que siempre documentamos y que, al final, cuentan la verdadera historia detrás de la canción”, explicó.

Más allá del amor de pareja, el artista insiste en un mensaje más profundo: “El amor propio es lo más importante. Cuando lo tienes, puedes atraer a alguien que vibre en la misma sintonía”.

Con ‘11:11’, Diego Foes muestra que su música no solo es un medio para soñar, sino también una invitación a confiar en uno mismo, a valorar los pequeños deseos y a creer que siempre hay un nuevo comienzo posible.  

Para Vicente, la inspiración nació de un hallazgo en la calle: “Vi la frase grafiteada, ‘Ternura Radical’, y me hizo clic. Después descubrí que era también un movimiento político en Latinoamérica que invita a responder al odio con empatía. Eso me atrapó y lo llevé a mi música”, contó el artista. La idea de suavidad como fuerza se convirtió en el centro de este proyecto.

El EP explora emociones muy humanas, desde la ansiedad hasta los recuerdos de amores adolescentes. “Hay una rola que se llama Ataque de Pánico y fue catártico escribirla, porque desde la prepa sufrí ansiedad. Ahora veo que las nuevas generaciones hablan más de salud mental y eso es necesario”, explicó. También hay canciones como ‘Flechazo’, que recuerda un amor de escuela que nunca se dio, y ‘Lava’, más psicodélica e introspectiva.

En lo sonoro, Vicente apostó por jugar y experimentar. “Usé sampleos porque le dan un aire más electrónico y hacen que el rock no suene tan tradicional. Me gusta entrar al estudio con ánimo lúdico, sin límites, y que la música te invite a un viaje hacia adentro”, dijo. El resultado son 20 minutos pensados para escuchar de corrido, dejar el celular a un lado y conectar con uno mismo.

La relación con Colombia también atraviesa su historia. Jáuregui debutó en el país con la banda San Pascualito Rey y regresó a Rock al Parque, experiencia que lo marcó: “Como mexicano uno sueña con tocar en Rock al Parque. Para mí fue un lujo debutar aquí y ahora volver con mi trabajo como solista me emociona mucho”, expresó.

El videoclip de la canción principal refleja esa idea de transformación personal. “Soy yo en tres etapas: alguien conflictuado, alguien que se busca en el espejo y finalmente alguien liberado. Lo filmamos en el barrio chino de Ciudad de México y creo que quedó bastante poderoso”, relató.

Con ‘Ternura Radical’, Vicente invita a escuchar sin prisa y con mente abierta. “La vida se construye de instantes y de recuerdos. Lo importante es conectarnos, y si es a través de la música, mucho mejor”, concluyó.

El EP ‘Ternura Radical’ trae cinco canciones cargadas de emoción: ‘Más Amor’, ‘Lava’, ‘Flechazo’, ‘Ataque de Pánico’ y la que da nombre al disco, ‘Ternura Radical’ —que habla de vencer los demonios internos con ternura—. Como lo asegura el propio Vicente: “Ante una realidad atroz, ejercer la ternura se vuelve un acto radical... construir redes donde todos quepamos”.

“La vida se construye justamente de instantes, de recuerdos y de vivencias, y de eso trata este trabajo”, contó Eco, dejando claro que su música busca conectar con experiencias comunes, esas que todos hemos vivido y que, tarde o temprano, vuelven a tocar la puerta.

Su estilo es tan diverso como su historia: mezcla bolero, salsa, cumbia, rap, trap y hasta guaguancó. Él mismo lo define como tener lo mejor de dos mundos. “Me encanta romper esquemas, que la gente no juzgue un libro por la portada, y poder unir lo académico con lo que viene de la calle”, dijo sobre su camino como artista.

La inspiración de ‘Un Instante’ llegó incluso antes de que la vida le pusiera pruebas duras. “La escribí la hace más de un año, cuando no pasaba nada en particular. Después viví pérdidas y momentos difíciles que me hicieron añorar más ese instante. La letra terminó siendo casi predictiva”, confesó.

Musicalmente, el tema nació de un simple loop de guitarra que fue tomando fuerza con baterías, arreglos y un toque de cumbia que le da un aire cálido y cercano. El video oficial también tiene su magia: un plano secuencia que recrea recuerdos y que, según Eco, fue “un trabajo de amor, entrega y pasión de todo el equipo”.

Más allá de los números o las plataformas, Eco Medellín tiene claro su propósito: “Lo más bonito es poder conectar con las personas”. Y ‘Un Instante’ es justo eso: una invitación a dejarse llevar por la música y revivir esos recuerdos que, aunque duelan, también nos recuerdan quiénes somos.

El videoclip de ‘Un Instante’ es casi una obra aparte: un plano secuencia donde se recrean recuerdos y emociones como si fueran escenas de la vida real. Eco y su equipo construyeron una celda simbólica, que representa esa “cárcel voluntaria” de la nostalgia, y coordinaron a 25 personas entre actores y producción para darle vida a la idea. “Fue un reto enorme, pero lo sacamos adelante con amor, entrega y pasión”, contó el artista, orgulloso del resultado.

Este año, el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella (CNA) se suma como escenario central en la capital, ampliando una red cultural que lleva más de tres décadas fortaleciendo este género en el país.

La jornada de lanzamiento comenzó con el concierto del pianista Óscar Acevedo y su cuarteto, seguido de un panel en el que participaron Juan Carlos Santacruz, director de PastoJazz; Diego Pombo, director de Ajazzgo; Óscar Mario Castañeda, director de Medejazz; Paulo Sánchez, director del Festival Internacional de Jazz de Colsubsidio; y Edison Moreno, gerente de Música de Idartes. Allí se habló sobre la historia del circuito, sus anécdotas y el papel de los festivales como espacios para descubrir talentos y recibir a grandes invitados internacionales.

En el lanzamiento también se presentó una convocatoria en la que dos agrupaciones regionales serán premiadas con un viaje al Festival de Jazz de Mompox (17 al 20 de septiembre), uno de los encuentros más reconocidos del país. Para la directora del CNA, Xiomara Suescún, este paso marca un momento clave: “Esta es una invitación para activar nuestro circuito de jazz, para que la gente lo conozca y sepa que, por primera vez, el Centro Nacional de las Artes se suma a una red que lleva más de 30 años trabajando por esta escena en todas las regiones del país”.

En esa misma línea, Juan Carlos Santacruz recalcó el valor de una labor conjunta: “El circuito nos ha permitido circular artistas locales y traer a Colombia propuestas internacionales, convirtiendo al país en un gran festival durante septiembre. Este trabajo posibilita construir tejido, pensar en una agenda compartida y ampliar las posibilidades musicales de nuestras ciudades”.

El Circuito de Jazz Colombia tendrá dos invitados internacionales de lujo: el camerunés Richard Bona, con su proyecto Asante Trío, y el maliense Tom Diakité, quien mostrará al público la riqueza instrumental y cultural de Malí. Ambos estarán presentes en Bogotá, Medellín, Cali y Pasto, conectando al CNA con los festivales Medejazz (Medellín, 6 al 20 de septiembre), Ajazzgo (Cali, 9 al 23 de septiembre) y PastoJazz (Pasto, 11 al 25 de septiembre).

En Bogotá, la programación comenzará el 4 de septiembre con el festival Emergentes Jazz. El 14 de septiembre, Richard Bona se presentará en el Teatro Colón y Tom Diakité lo hará en la plazoleta del CNA. El mes cerrará con un homenaje al maestro Edy Martínez, que incluye un concierto de big band en el Colón (26 de septiembre), un evento del Real Book Colombia en la Sala Fanny Mikey (27 de septiembre) y la proyección del documental Viva Edy, de Carlos Ospina, en la plazoleta del CNA.

Además, Bogotá celebrará la edición número 28 de Jazz al Parque los días 6 y 7 de septiembre, con dos escenarios: el Parque El Country (Usaquén) y el Parque de los Novios (Barrios Unidos). Edison Moreno, gerente de Música de Idartes, explicó: “Queremos que sea un espacio familiar, donde los bogotanos puedan ir con sus hijos, con sus mascotas y disfrutar no solo de conciertos, sino también de zonas de emprendimiento y experiencias culturales”.

Cada ciudad vive el jazz a su manera. En Cali, Diego Pombo describió este espacio: “Es una cosa emocionante… 10 mil personas llenando los Cristales, gente de todas las creencias abrazados, bailando y cantando juntos”. En Medellín, Óscar Mario Castañeda destacó el impacto de Medejazz: “Es una fiesta increíble, donde las bandas locales comparten escenario con músicos de todo el mundo. La invitación es abrir la mente y dejarse sorprender”.

Con esta programación, septiembre se consolida como un mes para disfrutar del jazz en todas sus formas: desde conciertos íntimos hasta festivales masivos al aire libre, uniendo a Colombia en torno a la música y la diversidad.

Con una trayectoria marcada por fusiones entre el soul latino, el afrobeat y la música tropical, Carabalí se ha consolidado como una voz que conecta culturas y emociones.

Desde sus primeros pasos, Javi ha estado rodeado de influencias diversas: su padre nigeriano lo acercó al afrobeat y a los ritmos tropicales, mientras que su estancia en Estados Unidos lo expuso a la riqueza cultural del Caribe y Suramérica. “Llevo más de 20 años estudiando música, aprendiendo instrumentos como piano, bajo, congas y guitarra, porque siempre sentí que la música era el lenguaje que podía unir todas esas raíces”.

Colombia ocupa un lugar especial en su historia. Aquí estudió música y encontró el ambiente creativo que le permitió dar forma a su proyecto. “Cuando llegué a Cartagena escuché canciones que también se oían en Nigeria; ahí entendí que los ritmos que me formaron vivían en esta tierra”, recuerda el artista. Ese hallazgo se convirtió en la base de su propuesta: un sonido que dialoga con dos continentes.

Su más reciente sencillo, ‘Ella es única’, nació de un poema transformado en canción y se convirtió en un homenaje al amor y a lo irrepetible de cada persona. El videoclip fue grabado en San Andrés, lugar que, según el propio Carabalí, es muy especial para él, “porque ahí decidí que este tema debía renacer con la energía del Caribe colombiano”.

Más allá del romanticismo, su música busca abrir un espacio de reflexión sobre la identidad. Con Latín Sol World Tour, un doble álbum de veinte canciones, Javi Carabalí propone un viaje que combina colaboraciones internacionales y la experimentación con sonidos que van desde lo urbano hasta lo tradicional. “Este proyecto lo grabé casi en su totalidad, tocando varios instrumentos, pero también invitando artistas de Brasil, Panamá y Colombia. Es mi forma de mostrar que la música no tiene fronteras”.

La apuesta de Carabalí no es solo artística, también es vivencial, “Queremos pasar un buen tiempo con la gente, bailar, disfrutar y que cada persona sienta la música como propia”, afirmó.