La selección Colombia Sub-20 cerró su participación en el Mundial de la categoría con una victoria histórica. Los dirigidos por César Torres vencieron 1–0 a Francia en Santiago, asegurando el tercer puesto y repitiendo una hazaña que el país no lograba desde 2003.

El triunfo no solo significó una medalla, sino también una muestra de carácter, resiliencia y orgullo nacional, luego de la dura derrota sufrida ante Argentina en semifinales.

El partido comenzó con una ráfaga ofensiva. Apenas transcurría el primer minuto cuando Óscar Perea aprovechó un error defensivo de los franceses y definió con frialdad para marcar el 1–0 definitivo. Ese tanto tempranero marcó el ritmo de un primer tiempo en el que la Tricolor se mostró sólida, disciplinada y ordenada.

Francia dominó la posesión, pero Colombia se defendió en bloque, cerrando espacios y apostando por transiciones rápidas lideradas por sus atacantes. El arquero Jordan García fue figura, manteniendo la seguridad en momentos clave.

En la segunda mitad, el conjunto europeo adelantó sus líneas, buscando el empate con insistencia. Sin embargo, los cambios tácticos de Torres con el ingreso de Landázuri y Palacios fortalecieron la mitad del campo y permitieron al equipo mantener el control.

El drama se vivió en los minutos finales, cuando el árbitro sancionó una posible falta en el área sobre Lucas Michal, pero el VAR intervino y confirmó que no hubo penal. Francia tuvo una última oportunidad con un disparo de Kamara, pero una salvada providencial de Rivero selló la victoria.

Una generación que deja huella

Con este resultado, Colombia alcanza su segundo bronce en la historia de los mundiales Sub-20, dos décadas después del logrado en 2003. El equipo cerró el torneo con un mensaje claro: el talento joven del país está más vivo que nunca y esta generación tiene el potencial para seguir haciendo historia en el fútbol internacional.

Mientras Argentina y Marruecos disputan la final, Colombia celebra un podio merecido que confirma el crecimiento del fútbol juvenil nacional y deja en alto el nombre del país en el escenario mundial.