No es un secreto que millones de venezolanos han abandonado su tierra natal. Laura, una de ellos, ahora residente en Medellín, decidió compartir su experiencia de una manera que nos permita a todos identificarnos fácilmente con su situación.

En el programa 'Amantes del Círculo Polar', tuvimos la oportunidad de conversar con la joven escritora acerca de su obra y el arduo trabajo que implicó su creación.

"Me encargué tanto de la parte escrita como de la gráfica... las dos siempre van de la mano. Por lo general, trabajo en ambas de forma simultánea", comentó Guarisco acerca de su proceso creativo. Su metodología consiste en dividir las partes, hacer bocetos en miniatura y finalmente llegar al producto final.

La autora, con una sensibilidad extraordinaria, relata la historia de millones de personas.

"Continuamente he realizado un trabajo muy autobiográfico y autorreferencial. Me escojo a mí misma como la protagonista de mis historias. Sin embargo, en este caso, sabía que no era yo quien debía contarla, por lo que creé a Ángel, el protagonista arquitecto", resaltó Laura.

En esta obra de autoficción, la ilustradora retrata con sencillez y precisión su propia experiencia de vida, así como la de muchos otros compatriotas: el desarraigo, la nostalgia, el temor, la xenofobia, el desamparo y la esperanza. Ángel representa a uno de los más de siete millones de venezolanos que se vieron forzados a abandonar su hogar. Desde trabajar como repartidor de Rappi hasta ejercer como arquitecto; el abandono de su patria hasta la construcción de un nuevo hogar. Esta obra se vuelve esencial para comprender,  la perspectiva de un autor/protagonista real y un tema de relevancia mundial: La migración.

Laura Guarisco es arquitecta graduada de la Universidad Central de Venezuela, además de ser ilustradora e historietista autodidacta. Llegó a Medellín en 2016 y desde entonces, sus historietas han sido publicadas en varios medios nacionales. Asimismo, ha autopublicado obras como "No me gustan las peceras" y "Cambur y Papaya". "Nido" representa su primera novela gráfica, editada por Planeta Cómic, que cuenta con 200 páginas que condensan más de tres años de trabajo.