En el marco de su reunión anual del Comité Intergubernamental celebrada este año en Nueva Delhi, el anuncio hace parte de un grupo de diez expresiones latinoamericanas que ingresan a la prestigiosa lista, reafirmando la diversidad y vitalidad del patrimonio cultural vivo de la región.

El son cubano, género musical que ha marcado profundamente la identidad de Cuba y de América Latina, fue destacado por su valor histórico, social y artístico. Esta práctica musical, revitalizada a nivel global a finales de los años noventa gracias al proyecto Buena Vista Social Club, continúa siendo un símbolo de memoria, resistencia cultural y transmisión intergeneracional.

Durante la misma sesión, la Unesco reconoció otras expresiones musicales del continente como el joropo de Venezuela, el cuarteto de Córdoba (Argentina) y la Sarawja de Moquegua (Perú), una manifestación que integra música y danza aymara. Asimismo, se incluyeron celebraciones de profundo arraigo religioso y comunitario, como la Fiesta de la Virgen de Guadalupe en Sucre (Bolivia) y la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa (México).

Uno de los hitos de esta edición fue la inclusión, por primera vez, de una manifestación de El Salvador en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial: La Cofradía de las flores y las palmas de Panchimalco, celebración de raíces indígenas y coloniales vinculada a la veneración de la Virgen María, que combina rituales, música, danza y gastronomía tradicional.

Chile, por su parte, sumó un nuevo reconocimiento con la inscripción del circo de tradición familiar, mientras que Paraguay y Panamá figuran entre los países cuyas prácticas fueron incluidas en la lista de patrimonio que requiere medidas urgentes de salvaguardia, como la artesanía ancestral ñai’ũpo y los procesos de construcción de la casa quincha.

Con estas decisiones, la Unesco refuerza su compromiso con la protección del patrimonio cultural inmaterial, entendido como tradiciones orales, artes escénicas, rituales y saberes que siguen vivos en las comunidades. El organismo además recordó que las 788 prácticas de 150 países ya forman parte de sus listas de Patrimonio Cultural Inmaterial, consolidando un mapa diverso del legado cultural de la humanidad.