El evento, organizado por los Escenarios Móviles de Idartes, busca conectar a la gente con sus raíces y mostrar cómo la tradición sigue viva en la ciudad.

‘Tríptico’ no es solo un concierto, es un viaje por las memorias del país. En la plazoleta del Divino Niño se vivirán tres momentos: Palabra, ritmo y movimiento, donde la tradición y la creación contemporánea se encuentran en un mismo escenario. Según Idartes, la idea es que el público pueda disfrutar, aprender y sentirse parte de una historia que se sigue contando desde la música y el baile.

Uno de los grupos invitados es ‘La Esencia del Llano’, liderado por la cantautora araucana Astrid Carolina, quien asegura que su música “nace de lo cotidiano, del campo, del ordeño, de la gente que vive entre sabanas y ríos”. Con joropos, pasajes y cantos tradicionales, el grupo busca mantener viva la identidad llanera, una herencia que, como dice Astrid, “no se puede dejar perder porque ahí está el corazón del país”.

Desde la región andina llega ‘Moque’, una agrupación que mezcla sonidos ancestrales con sensibilidades modernas. Su propuesta, que ellos llaman “encuentro de memorias”, une cantos indígenas y texturas acústicas que suenan a montaña, a viento y a resistencia. 

El toque afrocaribeño estará a cargo del ‘colectivo Natikumbatá’, un grupo que combina tambor, canto y ritual. En su repertorio incluyen piezas como Rezo pa’ Eleguá, donde el tambor se convierte en una conversación con los ancestros. “Cada golpe es memoria, cada rezo es fuerza”, cuentan sus integrantes, quienes ven la música como una forma de resistencia y celebración.

Más allá del escenario, ‘Tríptico’ busca algo más profundo: Darle valor a la diversidad cultural y a las comunidades que la sostienen. Por eso el 20 de Julio fue el lugar elegido. Un barrio con historia, con tradición y con una energía que representa el espíritu popular de Bogotá. La entrada será libre y, como dicen desde Idartes, “la cultura no tiene que estar en un teatro, puede estar en la calle, donde la gente vive y se encuentra”.

Este evento es una invitación a mirar la ciudad de otra manera: Como un lugar donde la música, la palabra y el movimiento muestran que la diversidad no solo se celebra, también se vive todos los días.