En horas de la madrugada del pasado viernes se desencadenó la tragedia en dos pequeños pueblos, Bushushu y Nyamukubi, situados a pocos metros del lago Kivu, luego de que la lluvia desbordara su cauce y llevara consigo más de 3.000 viviendas, arrojando pérdidas humanas y materiales.

En horas de la mañana de este lunes el portavoz del gobierno de la República del Congo, Patrick Muyaya, confirmó en medio de una conferencia de prensa que se habían recuperado más de 400 cadáveres y que los familiares de algunas personas desaparecidas seguían buscando en las aguas del lago Kivu y debajo de los restos de las casas que fueron arrasadas durante las inundaciones. 
 
El secretario general de Las Naciones Unidas, se pronunció en medio del desastre diciendo que es una nueva prueba de "las consecuencias dramáticas del cambio climático para países que no son responsables del calentamiento".

La Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas informó que las necesidades más urgentes son elementos de cuidado médico para cientos de heridos, ayuda alimentaria y refugio para más de 8.800 personas que perdieron sus casas. A su vez, el ente, también solicitó ataúdes y materiales pertinentes para garantizar un entierro justo a los fallecidos.

Después de este suceso que conmovió al continente, el Gobierno Nacional, declaró un día de luto enmarcando a la tragedia como una de las peores catástrofes en la historia reciente del país. Al mismo tiempo, las autoridades enviaron una misión de apoyo para atender la emergencia. 
 
Médicos Sin Fronteras también atendió el llamado y trasladó un equipo a la zona afectada. De igual manera, La Cruz Roja desplegó su accionar enterrando a más de 270 fallecidos en una fosa común, a lo que el Gobierno le exigió no seguir haciéndolo hasta la llegada de ataúdes en los próximos días. 

Igualmente, la organización Greenpeace se pronunció por medio de Ranece Jovial Ndjeudja, responsable de la campaña forestal de la Cuenca del Congo, diciendo que “estas catástrofes revelan también la necesidad de que las autoridades trabajen en un plan nacional de ordenación del territorio poniendo el acento en el riesgo de inundaciones en ciertos lugares del país”.

Cabe resaltar que días atrás, 131 personas murieron bajo los mismos términos en Ruanda, según la estimación de las Naciones Unidas.