Desde las montañas de La Calera, en medio del bosque de niebla y a la misma altura de Monserrate, surge ‘Tierra D’ Agua’, un proyecto que trasciende lo artístico para convertirse en una propuesta de vida. Durante su participación en ‘Amantes del círculo polar’, Diana Aguirre, compositora de la canción compartió el origen de esta iniciativa, inspirada en más de una década de trabajo con la comunidad, la tierra y el agua. La melodía, según narró, fue dictada por las ondinas, espíritus del agua, en una sentada junto a la laguna, esta representa una ofrenda sonora que conecta con lo emocional y espiritual.

El tema nace en sincronía con el movimiento ‘Canto al Agua’, impulsado por artistas y activistas como Héctor Buitrago y Catalina Salguero, y se entrelaza con la historia de una pareja que decidió cambiar la ciudad por el campo, iniciando un proceso de restauración ecológica en un terreno que comenzó siendo potrero. Luis Herney Herrera relató cómo esta transformación del paisaje se convirtió también en un cambio interno, donde conocer los ciclos del agua permitió sembrar no solo plantas, sino nuevas formas de habitar el territorio.

‘Tierra D`Agua es un campamento familiar que se volvió una pedagogía viva. Diana Victoria, bióloga de formación y educadora, explicó cómo su aprendizaje científico se ha entretejido con el arte para generar procesos de enseñanza con niños, jóvenes y adultos. Desde la agricultura, las danzas circulares y el canto, ha logrado traducir conceptos complejos sobre los ecosistemas en experiencias sensibles que tocan corazones y despiertan la conciencia ambiental. La pedagogía, señaló, se convirtió en una vía para comunicar sin barreras técnicas, alcanzando comunidades rurales y urbanas por igual.

La propuesta también plantea una crítica amorosa al lenguaje técnico de la ciencia, que muchas veces resulta inaccesible para la mayoría de la población. Frente a ello, la música y el arte aparecen como lenguajes universales que borran títulos, niveles educativos o clases sociales. Luis, con su experiencia en publicidad y diseño, ha aportado su experiencia para construir estrategias de comunicación que integren el conocimiento ecológico con relatos cercanos y transformadores.

En esta conversación, los oyentes conocieron no solo una canción, sino una visión de mundo: una apuesta por el cuidado del agua como ser vivo, por la educación como herramienta de transformación social y por la vida en comunidad como forma de resistencia y esperanza. La historia de ‘Tierra D´ Agua’ demuestra que el arte y la naturaleza pueden caminar juntos y que es posible vivir de manera coherente con lo que se canta, se enseña y se siembra.

La invitación está abierta a conocer este espacio restaurado, un rincón vivo en las montañas donde se cultiva música, se protege el agua y se educa con amor. ‘Tierra D´ Agua’ no es solo un proyecto ambiental: es una experiencia que inspira a repensar el lugar que cada ser humano ocupa en el planeta y cómo desde lo cotidiano se puede sembrar un futuro más armónico.