En el programa 'Amantes del Círculo Polar', tuvimos el placer de conversar con Liz Pitta, artista y empresaria que creó Cárica, un emprendimiento que ofrece productos amigables con el medio ambiente, una de las grandes carencias en la industria de la moda.

La iniciativa proviene de una artista y una  diseñadora textil que se dieron a la tarea de aprovechar el desperdicio de las semillas de papaya, llevando a cabo una serie de experimentos y combinaciones hasta lograr encontrar la composición ideal, el material perfecto y el entendimiento de su estructura textil.

Liz Pitta, creadora de la iniciativa que da vida a los productos y accesorios, comenzó a pensar en qué se podría construir a partir de las semillas de papaya, encontrando usos especiales con el desecho orgánico y descubriendo que con procesos caseros como hervir, moler y secar, se logra un biotextil similar al cuero, completamente biodegradable, orgánico y artesanal.

A Pitta se unió la diseñadora digital Selene Orozco, con quien comenzó a dar vida a los escenarios de comunicación de la empresa y a buscar procesos de innovación diferenciales para mejorar el producto. Día a día descubren que puede ser utilizado en una variedad de procesos de manufactura artesanales, creando así moda sostenible.

"Hemos obtenido un material que posee similitudes con el cuero, pero que tiene otras ventajas únicas y prometedoras, presenta una resistencia excepcional para ser vegetal y permite variar su composición para lograr tanto textiles rígidos como flexibles, así como definir el grosor deseado, lo que abre un amplio abanico de posibilidades en el ámbito de la moda y la confección", comentó la invitada.

Uno de los objetivos de Cárica es innovar en la industria textil a través de materiales que no contaminen, sean sostenibles y responsables con el medio ambiente. Uno de los retos fue conseguir las pepas de la fruta. Cerca del taller, hay una frutería que les ha facilitado abastecerse del desecho gracias a la petición de Liz, que además ha contado con la ayuda de familiares y amigos.

Esta creación textil permite que una vez terminada la vida útil del producto, se pueda disponer como abono para plantas o retornarlo a sus creadoras para la elaboración de nuevos objetos, aprovechando su naturaleza biodegradable.

Para Pitta, "el material y las prendas diseñadas a partir de este, son la representación tangible de un firme compromiso con el planeta, la labor artesanal y las generaciones futuras".

Hasta ahora, los productos que producen son bolsos, tops y accesorios hechos con material de pepas de papaya. El material biotextil es similar al cuero, biodegradable, orgánico y artesanal, con una resistencia excepcional para ser vegetal, permitiendo variar su composición para lograr tanto textiles rígidos como flexibles.