La mutilación genital femenina hace referencia a una serie de procedimientos que extirpan de forma parcial o total el órgano reproductor femenino externo o también otras lesiones causadas por razones culturales o no médicas.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas se estima que 230 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a algún tipo de mutilación genital femenina y que 27 millones de niñas más se someterán a esta práctica hacia el 2030. Esta cifra se focaliza en los continentes africano y asiático. Sin embargo, para el caso de Colombia este fenómeno se ubica en Risaralda, Caldas, Quindío, Antioquia y Chocó, debido a que en estos lugares hay presencia de comunidades Embera. 

LAUD 90.4 FM ESTÉREO dialogó con Dunen Muelas, profesora de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario al respecto: “Es una discusión que debe vincular a las mujeres parteras, líderes y a sus autoridades para erradicar esta práctica nociva, ya que no se trata de una imposición externa dado que la mutilación genital femenina no es una práctica cultural y en consecuencia debe ser eliminada con soluciones a largo plazo”.

Este proceso se ha venido realizando con agencias de cooperación internacional, a través de pilotos con el pueblo embera, por medio de encuentros con las mujeres. Pero el esfuerzo, y un poco de los retos que se han identificado radican en cómo lograr un proceso sostenido y articulado con las comunidades.

“No pueden ser procesos de intervención de una, dos o tres veces, sino que deben ser sostenidos donde las instituciones de Colombia y estos fondos de cooperación internacional, en concertación con las autoridades indígenas y con las mujeres, hagan un trabajo mucho más inquebrantable pues se siguen presentando casos de mutilación en bebés, y si es necesario que todos estos esfuerzos sean continuos”, señaló la docente Muelas.

En la Cámara de Representantes se aprobó en segundo debate, en abril de 2025, el Proyecto de Ley 018 de 2024, de autoría de las congresistas Jennifer Pedraza Alexandra Vásquez y Carolina Giraldo, que busca prevenir, atender y erradicar la mutilación genital femenina en el país con una perspectiva de Derechos Humanos, que requiere soluciones sensibles y culturalmente contextualizadas. 

Esta iniciativa representa un avance significativo en el reconocimiento y abordaje de la mutilación genital femenina, y espera actualmente el agendamiento del primero de dos debates en el Senado para convertirse en Ley. En ese sentido se mantienen campañas de información y presión para que dicho trámite se surta antes de que acabe el periodo legislativo de 2026.  

“Creo que ese es el principal reto que tenemos como sociedad, con el ICBF, con el Ministerio de Salud y con el Ministerio del Interior que se generen concertaciones con esas comunidades, porque en diferentes aspectos de contexto nacional siempre hay que llegar a acuerdos los cuales no se logran de la noche a la mañana, entonces también es un aspecto a tener en cuenta y que haya voluntad de las partes”, concluyó Dunen Muelas, profesora de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario.

Los impactos son físicos, emocionales y espirituales de esta práctica conllevan a dolor en el parto, complicaciones en la menstruación, relaciones sexuales dolorosas y traumas psicoemocionales, entre otros. Sin embargo, el Estado colombiano aún carece de una política pública integral que enfrente esta problemática con acciones coordinadas de prevención, atención y acompañamiento a las afectadas.